Pirineos
Pequeño Baciás (2.732m) invernal

Pequeño Baciás (2.732m) invernal

Un gran mirador entre Ara y Panticosa.

Los picos de Baciás se hallan entre los valles de Panticosa y Ara, y junto a los Picos de los Batanes, son los guardianes del Cuello Alto de Brazato, por donde transcurre el GR-11. Esta zona es un auténtico paraiso para los esquiadores de travesía, y asi lo atestigua la gran cantidad de huellas que encontraremos en esta ascensión si la realizamos en invierno.

Dicha ascensión es un clásico sencillo en verano, pero en invierno cobra una dimensión desconocida para el caminante, y deja paso al alpinista o montañero que tenga un buen conocimiento de la nieve, o a aquellos tragamillas sobre esquíes que dejan su lineal y continua huella a lo largo de sus laderas y a través de sus collados.

Pequeño Baciás
Fantástica vista desde la orilla Este del Ibón del Brazato hacia Infiernos, Argualas y los Picos de Baciás

Los Picos de Baciás son un mirador excelente, sublime, de dos de los grandes macizos de nuestro querido Pirineo: El macizo del Vignemale o Comachibosa y el Macizo de Infiernos y Argualas. Desde estas cimas podemos contemplar también la blancura de la Sierra de Tendereña, la escarpada Peña Telera, picos del vecino valle de Canfranc como la Pala de Ip, el gran Collarada, Punta Escarra, más al norte vemos asomar la Gran Facha… En definitiva, estos picos proporcionarán un placer contemplativo como pocos a los montañeros que osen posar sus pies sobre ellos en invierno.

Panorámica de 360º desde la cima del pequeño Baciás

La ascensión en invierno debe realizarse saliendo temprano desde los Baños de Panticosa para evitar el reblandecimiento de la abundante nieve en la bajada, o bien portar raquetas. No hay pendientes propicias a grandes aludes, pero sí a partir del mediodia puede haber pequeños aludes de fusión que pueden dar algún susto a los que madrugan poco. La ascensión al Pequeño Baciás (2.732 m) al NW del Pico Grande de Baciás (2.760 m), con algun paso delicado, proporcionará algo de emoción a esta sencilla ascensión, cuyo único inconveniente serán los arduos tramos de nieve blanda, polvo o venteada, que nos harán sudar tinta para lograr avanzar.

Nosotros realizamos una ruta circular, partiendo desde los Baños de Panticosa siguiendo el GR-11 hasta los 2000 m de altitud aproximadamente y dejándolo para seguir el barranco del Brazato hacia las hoyas del Brazato, remontando seguidamente hasta situarnos al sur del Ibón del Brazato , para bordearlo después y seguir su orilla Este en dirección al collado sito entre los dos Picos de Baciás, desde donde se pueden coronar ambas cimas. Desde aquí nos dirigimos luego al Cuello Alto del Brazato donde tomamos el GR-11 de nuevo para volver, atajando por los Ibones Altos del Brazato, y deslizandonos por las pendientes nevadas en «culo-esquí» para en menos de 2 horas estar de nuevo en los Baños.

LOS DATOS
  • Tiempo: Unas 3:30-4h para subir y 1:30-2h para bajar. Desnivel: 1.100m.

 MAPA RECOMENDADO

LA ASCENSIÓN

Infiernos y Argualas en el inicio de la ascensión, temprano por la mañana. Nuestra idea era ascender el Garmo Negro, pero el Nivel 4 de riesgo de alud y lo soleadas que estan las pendientes por donde discurre la ascensión desde primera hora de la mañana nos hizo desistir acertadamente.

Pequeño Baciás

Dos imagenes tomadas de camino al cuello alto de Baciás, entre los dos picos, con los Picos del Brazato y Serrato al fondo.

Ibón inferior del Brazato. Nótese la huella de pequeños aludes en todas las pendientes. La carga de nieve era muy importante.

Pequeño Baciás

Llegando al Collado Alto de Baciás. Desde aquí se alcanzan las dos cimas en pocos minutos.

 

Las pendientes que nos acercan al collado nos hacen también sudar como bestias. Al menos aquí la nieve estaba mas dura y no te hundías tanto.

Pequeño Baciás

Llegando al Collado Alto de Baciás. Desde aquí se alcanzan las dos cimas en pocos minutos.

Jose Carlos sudando la gota gorda, mientras subiamos al collado. Detrás, las Argualas. Mas al fondo, Partacúa.
Impresionante vista del Pequeño Baciás desde el Ibón de Brazato. Las pendientes de nieve blanda nos hicieron sudar tinta.
Pequeño Baciás
Pequeño Baciás
A media trepada final a la cima en la inestable arista cimera.
Vista desde el collado de la arista cimera. Ya estaba yo hollando la cima.

Una vista de la arista que lleva a la cima del Pequeño Baciás, con el Pico Grande de Baciás enfrente. Notese a mi compañero, que es ese puntito negro que esta de pie en el centro de la foto, entre las dos cimas.

La nieve virgen de la cima, en la que sólo aparece mi huella, le da un aire solitario y emocionante a la conquista de este pequeño pico.

La vista desde aqui es increible. Por si misma justifica las cansinas 4 horas de ascensión sobre nieve a tramos blanda y a tramos costra, en la que te hundes facilmente por encima de las rodillas, haciendo muy penosa la ascensión en algunos puntos.

Pequeño Baciás

Pequeño Baciás

La cima del Pequeño Baciás. Para alcanzarla hay que sortear un par de pasitos delicados pero fáciles.

Una auto-toma desde la cima hacia la arista por la que subí.

Y ahora sin mi sudorosa jeta en medio: Pico Grande de Baciás en primer lugar, Macizo de Argualas e Infiernos, y una vista de los picos al NW del Baciás, donde vemos desde los picos de Piedrafita, a la izquierda, pasando por la Gran Facha, que apenas se ve, y acabando con los cercanos dientes de los Batanes.

Desde aqui llama la atención el magnífico, rectilineo y larguísimo Gran Corredor de Cerbillona, de mas de 1.000 m de longitud, cuya ascensión es una elegante manera de plantarse en la cima del Pique Longue, desde el valle de Ara, además de una auténtica aventura, cotada como PD sup, aunque algo peligroso por los grandes aludes que se pueden formar cuando hay mucha nieve. Una bonita aunque delicada manera de alcanzar las cimas de este grandioso macizo desde España en invierno.

También se puede seguir con la mirada el Corredor de la Moskowa, otra vía muy utilizada en verano para hollar el Pique Longue desde el Valle de Ara.

Cresta del Pequeño Baciás
Fantástica vista de la arista a la cima del pequeño Baciás con el inmenso macizo de Comachibosa o Vignemale al fondo.

Después de tanto placer contemplativo, toca bajar a tierra firme. Iniciamos el descenso por las empinadas pendientes al Norte de estos entrañables picos, y comienza un pesado descenso sobre la nieve ya reblandecida por el sol de mediodía. La orientación Oeste de las laderas no sirve ya para mantener la nieve a buen recaudo del elevado astro rey. Oimos pequeños aludes desencadenados cerca, aunque no los vemos, y eso acelera nuestro descenso. Una vez mas la curiosa técnica del «culo-esquí» nos permite un descenso rápido y divertido. En poco más de 1:30 h llegamos a los Baños. Ya solo queda descansar, comer y volver a casa. Pronto echaremos de menos nuestro maravilloso Pirineo blanco, mientras pensamos en la siguiente ascensión…

JoseMi Alpinista de corazón, quedé prendado de la montaña desde muy joven. Mi montañosa tierra Alicantina me enseñó a amar la verticalidad de sus paredes y el placer de la escalada clásica. Mi objetivo: crecer día a día como alpinista y poder compartirlo con todos vosotros.
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