El esquiador profesional Peter Oswald esperaba disfrutar de un dia normal en su vida, cuando viajó a Nueva Zelanda para hacer una sesión de fotos. O por lo menos, esperaba que fuera todo lo normal que puede ser un dia en la vida de un esquiador extremo que se lanza por pendientes demenciales armado simplemente con sus tablas.
No pudo, sin embargo, tener un dia normal, en ninguno de los casos. Al principio no le hizo mucho caso a unos pequeños desprendimientos que había visto caer desde lo alto de la montaña, hasta que se fijó mejor y vió algo inesperado en el revoltijo de nieve que caía: ¡era una oveja!
Cuando la pobre oveja llegó rodando a su altura y se detuvo, asustada y confusa, Oswald la cogió en brazos. Afortunadamente para la oveja, y a pesar de sus casi 50kg de peso, el esquiador decidió ayudarla. Su técnica era suficintemente buena para acarrearla pendiente abajo sin usar palos, y dejarla en el fondo del valle, donde la pobre oveja recibió atencion veterinaria.
La sesión de fotos no salió com estaba planeada, pero aun así, les dejó un buen puñado de imágenes especatculares y nunca vistas antes, gracias al trabajo del fotógrafo, Dan Power, que tuvo la serenidad de fotografiar la escena, superando las inevitables ganas de estallar a carcajadas.
Un mal dia lo tiene cualquiera. Incluso una pobre oveja… 😉
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