Seguro que os ha ocurrido alguna vez. En una ascensión o escalada, de repente, ocurre algo, las cosas se tuercen, y las condiciones se complican. No hay retirada posible. O quizás no podamos descender ni si quiera en rapel. Sólo podemos salir por arriba. Pensamos que no lo vamos a conseguir, que vamos a tener que llamar al 112. Pero después de evaluar la situación, te serenas, y decides seguir adelante.
Tras mucho esfuerzo y unas largas horas de duro periplo, llegas a la cima. Aun no te crees lo que has hecho, no crees por donde has subido, y piensas que de ninguna manera volverás a hacerlo. Te alegras por haber tenido éxito, y a la vez estallas emocionalmente por la tensión acumulada. Acabas de superarte, y no te creias capaz. no sabías que podrías llegar a ser tan fuerte, soportar semejante sufrimiento.
Ahora ya lo sabes…
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