Hola amigos! Un caluroso día del agosto pasado tuvimos el placer de hacer este bonito barranco del Rio Fraile, en el interior de Valencia (término municipal de Bicorp), en el que además no hace falta material alguno, a no ser que lo visiteis en otra epoca más fresca, en cuyo caso es recomendable llevar un neopreno.
El viaje hasta el río la verdad es que es largo de narices, y con curvas. Os pongo cómo llegar al Restaurante Los Botijos desde Bicorp, que fue nuestro punto de partida, aunque más adelante hay una zona de aparcamiento, a unos 400m:
Así acabó la pobre Vicky poco antes de llegar, regurgitando alimento para los animales del bosque…
Una fotito antes de empezar a mojarnos…
Queda inaugurada esta actividad!
Hop!
Choff!!
Al principio del barranco encontramos un rincon solitario y pintoresco, donde lo pasamos genial y sin nadie cerca. Disfrutamos como enanos saltando desde todos los ángulos…
Y ahora en bomba…
El robocop…
Seguimos por el río después de pasar un buen rato nuestro rincon favorito…
Y nos juntamos ya con las masas que ese dia inundan el barranco…
Seguimos saltando, que es gerundio…
La fauna del río…
El trio Calatrava… Lo estamos pasando bien!!
El río tiene lugares muy hermosos y pintorescos. Ya sabeis, donde hay agua hay vida!
Y llegamos a uno de los puntos clave del recorrido, donde algunos se daban la vuelta: un salto de agua, con cuerda fija, nos separa de la continuación del descenso. Yo salté desde arriba (no me gusta esperar en las colas) jugándomela un poco, pero me salió bien. Además eso me permitió colocarme en un buen lugar para inmortalizar el descenso de Vicky y Sole…
Prueba superada!!
Seguimos pasando pequeños obstaculos, despues de lo que ya hemos superado…
Esta parte del río es bastante umbría, y el frío se hace notar!!
El frío es el que hace que salga borrosa esta imagen… del tembleque!
Aqui estamos ya casi al final, depues de destrepar por un lateral el salto que veis al fondo. De verdad, que cantidad de gente había!
Y el último salto…
Después toca volver por un sendero en la margen derecha del río, hasta una pista forestal, y de ahí al restaurante Los Botijos, donde comimos de miedo. Hay que recuperar fuerzas!
En definitiva, es una actividad veraniega imprescindible: fresquita, facil y con final feliz, con una cervecita en la mano. ¿Que más se puede pedir?
Os dejo un track del recorrido. ¡Que lo disfruteis!
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