La frontera arrebatadora.
Una de las zonas que sin poseer grandes picos de más de 3000 m. resulta de las más hermosas del Pirineo es sin duda la zona Candanchú-Astún-Canfranc. Famosos y grandiosos dosmiles otean desde sus cimas los quehaceres de esos pequeñitos y debiluchos seres que se encaraman a sus espaldas para después dejarse caer deslizándose sobre extrañas tablas. Picos como el de Anayet, Aspe, Collarada, Pala de Ip, Escarra, Lecherín, Llana del Bozo y Llana de la Garganta, Moleta, Tronquera…
Sin tener que hacer maravillas, escalar alguno de estos grandes ni plantearse duras aproximaciones, se pueden aprovechar las instalaciones de la estación de esquí de Astún para olvidar la velocidad y las grandes ascensiones para acercarnos a las cimas medianas y el vacío. En un solo día podemos escalar más de media docena de picos de entre 2100 y 2350 m., y al mismo tiempo disfrutar del vértigo de las preciosas aristas nevadas, cornisas y pequeñas trepadas de mixto que el pequeño pero respetable circo de Astún nos ofrece.
Si no os quereis embarcar en tan magnífica aventura, que precisará de bastante de vuestro tiempo y energía, podeis simplemente ascender a alguno de los numerosos picos de este circo. Os recomiendo los que dan título a este reportaje, y también el Pic des Moines. Todos ellos son fáciles de subir, entretenidos, bonitos, y con unas vistas inconmensurables y magníficas del Pic du Midi d’Oussau. Mala Cara y Canal Roya poseen además la ventaja de ser espectadores de primera fila de la vertiente Norte del Anayet, quedando por medio el profundo valle de Canal Roya, con una caida especialmente vertiginosa para estos picos que no destacan por su altura.
Impresionante vista del Anayet desde la cresta que nos lleva al Canal Roya
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Sea lo que sea lo que os traiga por estos valles, no os decepcionará. La falta de tresmiles no se deja notar demasiado, y podeis plantearos grandes aventuras en menores altitudes, pero no por ello menos interesantes o duras. Y también podeis disfrutar de días más relajados con humildes pero bonitas ascensiones, como las de este reportaje.
Ah, se me olvidaba: no dejeis de visitar la Estación Internacional de Canfranc, fantástico monumento de arquitectura modernista, de principios del siglo XX. Aunque su estado amenaza ruina, vale la pena verla e imaginársela en los años 30, 40 y 50, bulliciosa, llena de actividad y de viajeros de aquella época, en la que aun existían las clases… Es una pena que se le de muerte de esta manera. Pero a pesar de los esfuerzos por reabrirla, esto no tiene sentido si no se aunan esfuerzos con el lado francés, y sin querer parecer pesimista, no hay más que ver el vecino valle francés para ver lo lejos que aun esta la idea de poder llevarse a cabo.
LOS DATOS
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LA ASCENSIÓN
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Este es el contrafuerte del Pico de Mala Cara al que se accede por las pistas de la estación de Astún. Como veis, al ganar altura podemos disfrutar de unas vistas increibles del Midi d’Oussau. |
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La arista nos eleva poco a poco con un bonito paseo hacia los vientos que soplan en las cimas. El fuerte sol reblandece el blanco manto. Nieve costra cruje bajo nuestras botas mientras nos deleitamos con la visión del Aspe, Collarada, Moleta… |
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Es aquí cuando me surge la idea, ahora que lo abarco con la vista. El circo de Astún se presenta ante mis ojos como una tremenda travesía que habrá que realizar. Mientras la gente se divierte con la velocidad unos cientos de metros más abajo, me imagino recorriendo esas blancas aristas nevadas, sorteando cornisas y trepando las escarpadas rocas que se libran del frío manto, mientras a ambos lados se abren tremendos vacíos que dan la impresión de que estos picos son aun más altos de lo que realmente son… Una vez coronamos el Pico de Mala Cara, decidimos seguir hacia los picos de Canal Roya. Las vistas hacia el lado español también son espectaculares. Ni mas ni menos, se abre a nuestros pies un vacío terrible, el barranco de la Canal Roya, con el vertical y volcánico Anayet, hermano geológico del Midi d’Oussau permaneciendo altivo al otro lado. El pico intermedio, o Pico pequeño de Canal Roya (desconozco si posee nombre propio) es el que plantea un poco más de dificultad. Su empinada arista final de mixto orientada al NO y revestida de nieve muy dura obliga a tomarse su escalada un poco más en serio, pero así resulta más divertido… |
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Tras la escalada de esta arista, con la continua visión del Midi, coronamos las dos cimas, cercanas, comemos algo e iniciamos el descenso. A pesar del sol, el frío viento nos obliga a dejar tranquilas a estas cimas en su eterno descanso. El invierno parece llegar a su fin. Restos de grandes aludes de fusión y placa, así como cornisas goteantes y nieve húmeda en las pendientes orientadas al Sur anuncian la llegada de la primavera. Por unos días, aun podemos disfrutar de su etérea belleza que, como un mandala tibetano, se destruye para recordarnos que todo, belleza y vida, es efímero… |
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Ya en el valle, hacemos algo de turismo. No todo va a ser pasear por las alturas. Hay que mezclarse con la gente, tomar un cafelito calentito, admirar la arquitectura pirenaica, sus viejas casas que traen imágenes de cuando aun no llegaba la electricidad ni el teléfono, y los pueblos permanecían incomunicados varias semanas en invierno… Parte de esa historia se destila del edificio de la Estación Internacional de Canfranc. Inaugurado en 1929, constituyó un motor económico para la región, y estuvo en funcionamiento hasta que un accidente en el lado francés en 1970 hizo que se cerrase su circulación unilateralmente desde el país vecino. Diseñada para acoger grandes cantidades de viajeros, este accidente la hirió de muerte, y fue abandonada, condenada a un lento pero seguro proceso de ruina. Existen varias iniciativas para intentar buscar una solución a tan dolorosa muerte. Reapertura, creación de un museo,… cualquier decisión antes de seguir viendo como este bonito y elegante edificio sigue arruinándose sin remedio. Cada invierno la nieve, el agua y el hielo lo destruyen un poco más. Sirvan estas fotos para imaginar lo bonito que fue este lugar y mostrar lo catastrófico de su estado actual. Ojalá los responsables del Gobierno de Aragón y Renfe se pongan de acuerdo pronto y eviten su total ruina. |
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Y el viaje, como muchos otros, toca a su fin. Han sido 3 bonitos días visitando estos hermosos valles y cimas, a los que seguramente volveré. Quedan muchas excursiones y ascensiones imprescindibles y necesarias para el espíritu, como subir al Aspe, Collarada, Punta Escarra, Moleta, Lecherín. Anayet,… Y cómo no, la travesía completa del circo de Astún. Pero antes de volver a la ciudad, al soleado, cálido y bullicioso Levante, una última mirada al fantástico mundo de sueños que para mi es el Pirineo… |
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Panorámica completa del Pirineo oscense desde el puerto de Monrepós.
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