La selva de carrasca.
La comarca de la Safor es la mas meridional de las comarcas valencianas y su paisaje llano junto al mar cultivado de naranjos está dominado por las montañas de la Safor y Mondúver, desde donde puede llegar a divisarse en días claros la isla de Ibiza.
Espectacular vista aérea del Circ de la Safor: a la derecha la Vall d’Albaida; a sus pies, el rio Serpis. En la esquina inferior izquierda, las afueras de Villalonga..
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Desde la localidad de Villalonga se puede acceder a esta fantástica sierra, con su característica forma de circo glaciar, extraña por estas latitudes, y con un desnivel notable que, unido a la cercanía al mar, permite una visibilidad extraordinaria. Desde aquí se pueden apreciar todas las grandes sierras de Alicante, y su orientación aproximada de este a oeste en varias oleadas: Foradada, Almudaina y Alfaro, Serrella, Aitana…
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LOS DATOS
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LA ASCENSIÓN
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Finales de Marzo de 2006. Después de dejar el coche poco más arriba de la cantera, comenzamos a andar por una pista asfaltada que lleva a los chalés construidos por la zona, subiendo en dirección al cresterío, hacia el oeste, zigzagueando y ganando altura. Al rato llegamos a un cartel indicador que nos muestra el camino, ya sendero, hacia la Finestra y la cima, balizado como PRV-42.
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Después de bregar con una densa espesura de monte bajo y carrasca, la cual nos acompañará durante todo el camino en esta sierra (en ocasiones creando tuneles de vegetación que nos hará pasar ciertas dificultades), ganamos el cresterío del circo, el cual seguiremos ascendiendo hasta alcanzar la peña donde se encuentra la Finestra, marcada con una bandera. Antes de llegar a este lugar, encontramos algunos miradores excelentes que nos permiten admirar la grandiosidad de este poco habitual y meridional circo glaciar, cuyas paredes de hasta 800 m impresionan por su verticalidad y formas. |
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Estupendas panorámicas del circo a medida que vamos ganando altura.
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Si seguimos ascendiendo llegaremos, no sin esfuerzo, a la parte del sendero con más pendiente. Tras superar estos repechos llegamos por fín a la peña de la bandera, donde se ubica la Finestra. Si se quiere llegar a la bandera (lo cual no es necesario) hay que destrepar un pequeño paso bastante expuesto, y trepar otros par de metros al otro lado. Ah, y cuidado con el enorme lagarto ocelote que habita por aquí! A mi me pareció que medía casi un metro de largo! Menudo susto nos dimos mutuamente! También quería llegar a la Finestra, pero por arriba esta dificil sin cuerda; por el lado desde el que está hecha la panorámica de abajo es posible pero expuesto. Me faltó ver el otro lado (no estoy loco, sé que se puede que he visto una foto…). |
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Vista de la cima secundaria donde se ubica «La Finestra». Al fondo, el mar.
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Después de comer algo y descansar un poco, reemprendemos la marcha hacia la cima. Tras un pequeño tramo más de subida, acompañados por nuestras espinosas amigas la carrasca y la aliaga, llegamos a las inmediaciones de la cima, desde donde podemos divisar ya, a sus piés, la antigua nevera, en bastante mal estado y derruida en parte. Tras visitar su interior, vamos a por la cima. En escasos 10 minutos la alcanzamos desde la nevera. Allí encontramos un vértice geodésico reluciente, recien hecho, desde donde pudimos divisar una espléndida e inesperada panorámica. Prácticamente, se divisaban todas las montañas alicantinas. Incluso mi querida Bérnia asomaba su más alta cresta aun hallándose a tantos kilómetros y en parte oculta tras la Sierra de la Carrasca y el Carrascal de Parcent. Tras disfrutar de las vistas y tomar las pertinentes fotos, escribimos unas breves líneas en el libro de cima, en el que abundaban los comentarios de decenas de montañeros foráneos, debido seguramente a la cercanía de localidades tan turísticas como Denia, Gandía, etc. |
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Panorámica de 360º desde la cima del Pic de la Safor.
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Vista de la nevera descendiendo de la cima. El sendero que lleva a L’Orxa es el de la izquierda.
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Iniciamos el descenso, que nos regala unas vistas maravillosas de mi deseada y espero que pronto realizada Cresta del Benicadell. El sol, que primero nos castigó en la mañana mientras ascendíamos por el Este, nos castiga ahora que descendemos por el Oeste. El seco poniente que ha soplado durante todo el día amenaza con deshidratarnos y agotar nuestras ya mermadas reservas de agua, como así finalmente ocurre. Pero afortunadamente estamos ya cerca de la Font dels Olbis, donde nos refrescamos con un fresco caño de agua no tratada que al parecer se encontraba en buen estado, pues ninguno de los que participamos en esta aventura cayó enfermo. Finalmente, volvemos, cansados pero satisfechos, al punto de partida. No es una sierra muy agradable de cobrar, debido a la espesa vegetación, pero las vistas han valido la pena, así como el haber podido conocer mejor otra interesante zona de nuestra geografía. |
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Panorámica del Circ de la Safor durante el descenso, desde la pista, al atardecer.
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