No siempre se gana.
Este es el relato de la más angustiosa y fallida salida que hemos realizado hasta el momento. Nos encontramos con un mes de Marzo muy cálido que hizo que la nieve no estuviera en condiciones para hacer nada. Un desastre. Y encima hizo mal tiempo: nos nevó . Pero todo ello sin bajar apenas de cero por las noches. Y encima como la nieve estaba fresca… Fue un infierno. Todo esto y mas nos impidió subir a ninguno de estos dos picos. Y además casi nos cae un alud…Para flipar.
LA PICA DE ESTATS
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Para allá que nos fuimos con 3 partes meteorológicos bajo el brazo que decían que el tiempo iba a ser una porquería en la última oportunidad vacacional de pisar la alta montaña invernal de este año. En todos los partes se indicaba el mal estado de la nieve. Pero bueno, no podiamos hacer otra cosa que intentarlo. Y nos fuimos a la Vallferrera para intentar hacer La Pica de Estats (3.141m) por su ruta normal, que en invierno debe de ser preciosa y muy alpina. A medida que nos acercabamos a nuestro objetivo, el tiempo empeoraba. Una vez llegados al último pueblo, donde debiamos dejar el coche, tomamos el GR11 dirección al refugio. Hacía dos dias que el guarda me dijo por telefono que se largaba de allí, y que no iba a estar hasta que mejorara el tiempo. Imaginad como sería que ni el guarda se quedaba.Y realmente nos costó llegar. La nieve hizo presencia muy pronto, y además estaba blandísima. eso nos decepcionó, pero pensamos que más arriba estaría en mejores condiciones. Además, y para colmo, el tiempo empeoró a medida que avanzaba el día y al poco de llegar al refugio comenzó a nevar y ya no paró hasta el mediodía de la siguiente jornada. Al dia siguiente hicimos una pequeña ruta de exploración para ver cómo estaba la nieve. Facilmente te hundías hasta la cintura en algunos lugares. Y así no se puede subir a ningún lado. Ademas la visibilidad era nula. Por todo esto, decidimos, pesandonos en el alma, abandonar. Todo ese gran pateo para nada… Y bueno, después del primer fiasco, decidimos ir a Andorra. Allí los picos no son tan altos y estan mas accesibles. Así que allí teníamos que poder hacer algo.Después de unas compras y de visitar Viladomat, el Barrabes de Andorra, nos fuimos a la Iglesia Románica de Sant Juliá, donde cenamos con un buen vino y dormimos de maravilla, al abrigo de piedras de más de 800 años…Fue una noche genial! |
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EL MONTMALÚS |
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Al día siguiente, nos levantamos y desayunamos con tranquilidad. Estabamos cansados por lo de Valferrera. Habia sido duro subir 1000m con más de 15 kilos a la espalda por aquella nieve en la que te hundías hasta las rodillas. Asi que ibamos con calma. Decidimos acercarnos al Circo de Pessons, un viejo conocido, para ver que se podía hacer por allí. Subimos por las pistas de Grau Roig, y pronto nos dimos cuenta de que la nieve aquí estaba igual. Ademas, había ssalido el sol, y eso empeoraba aun más las cosas. En esas condiciones iba a ser un infierno llegar al Pessons. Así que vimos un pico desafiante a nuestra izquierda. Tras consultar el mapa, resultó ser el Montmalús (2.751m). Nos gustó y decidimos subir, así que iniciamos la ascensión. |
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Lo que pasó a continuación fue más una historia de terror que otra cosa. Admiro a los himalayistas que tienen que abrir huella a 8.000m con la nieve por la cintura. Nosotros, a menos de 3.000m tiramos la toalla cuando nos dimos cuenta de que iba a ser así hasta la cima. Además, en las zonas con más pendiente, estaba tan blanda que te deslizabas hacia abajo, y desandabas camino en vez de avanzar. Pero lo peor de todo no fue eso… En una travesía horizontal que realizabamos para esquivar una zona muy inclinada y resbaladiza, de repente…Un ruido sordo, penetrante e intenso…duró sólo 1 segundo, pero nos puso el corazón en un puño. Como si de un pequeño trueno se tratara, el suelo bajo nuestros pies cedió unos centímetros, abriendo una grieta a lo largo de toda la ladera por la que nos abríamos paso…Nunca había pasado semejante apuro en la montaña. Se nos erizaron todos los pelos del cuerpo:¡¡casi se nos lleva un alud!! Fue lo último. Esta vez la montaña nos había derrotado. Nos fuimos para abajo con rabia y un susto considerable, maldiciendo la mala suerte que había hecho que todo nos saliera mal. Pero la montaña es así. Unas veces te deja y otras no. En fin, otra vez será… Al menos aprovechamos lo que nos quedó del día haciendo unos rápeles en unos resaltes rocosos de 20 m de altura que había cerca, que siempre es divertido, no? |
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