Escalada, Pirineos
Robiñera (3.003m), arista SE

Robiñera (3.003m), arista SE

La belleza desconocida.

El Robiñera es un aislado tresmil situado al Este del valle de Pineta, y justo al Sur del pico de La Munia. Este pico es un auténtico desconocido, eclipsado por la magia del cercano Monte Perdido. Sin embargo, su descubrimiento esconde al montañero que se acerque a el un baúl lleno de hermosos secretos y una tranquilidad inusual en el Pirineo central.

El viernes 2 de Mayo de 2003 partimos desde Valencia Jose Carlos y yo, a las 7 de la tarde. Viajamos hasta que a la 1 de la madrugada paramos entre Barbastro y Ainsa, en una ermita cercana a la carretera. Alli dormimos hasta el dia siguiente. Nos levantamos temprano y fuimos para Chisagües. A las 9,30 (ya se q es tarde, pero no podiamos hacerlo de otra manera) salimos para arriba desde los 1.600m del aparcamiento. No damos crédito a nuestros ojos ante tamaña belleza a medida que vamos ganando altura. Se iban empezando a ver las tres Sorores y las tres Marías por nuestra espalda. Pronto JC empieza a tener algunos problemas, pero se le pasan con una aspirina y un descansito de 10′. Como no esta muy claro por donde llegar a la normal, nos desviamos al Este confiando en que lo que sobre el mapa parece una suave arista (la arista SE) nos permita cobrar la cima. Las palas de nieve que nos llevan a la arista ganan inclinación y el patio empieza a ser importante…

Robiñera
Aproximación: desde el barranco Petramula o por el Clot de los gabachos
Robiñera
Distintas lineas de la ruta normal: mas cercanas a la arista SW o por la pared S

Al llegar a la arista, sobre los 2.400m, descubrimos que la suave arista del mapa tiene una sección de roca más complicadilla de lo que podíamos esperar: un primer resalte de casi IVº y unos 3 m nos hace replantearnos la ascensión por allí. Discutimos y JC decide probar por otro sitio. En eso apareció Iñaki (gracias, tio, de verdad, yo solo no hubiera podido hacerlo…), como de la nada, y se puso a ello. Sacó un cordino, se lo ató a la cintura y a la mochila, y canteando con sus botas de plástico se encaramó a la torre. Se ofreció amablemente a subirme la mochila para que trepara más cómodo. Incluso me aseguró como pudo, ¡más que nada para quitarme la aprensión al patio de más de 100m de vacío que se abrían a mis pies! Ese pasito lo cotamos de III+, con tierra suelta, y es el paso más complicado de la arista. A partir de aquí unos 200 m más de roca y algo de nieve muy entretenidos, con dificultades entre IIº y IIIº y un patio de miedo, sobre todo en la vertiente Este de la arista. A mitad de esa sección nos reunimos con Mixel, el compañero de Iñaki, que sube con los esquís. El resto es una amplia arista de nieve que nos lleva a la cresta cimera. Cerca de la cima optamos por pasar a la arista SW (normal), atravesando la sección superior de la cara Sur, con una inclinación considerable, tal que tuvimos que usar la técnica de puntas frontales. Iñaki dice que menos, pero yo creo que al menos tenía unos 60º.

Robiñera
Ruta de la arista SE

Lo que queda es una cresta de mixto, hermosísima, y prácticamente horizontal, que hay que cruzar por completo para llegar a la cima. La sensación de vacío lo inunda todo. Caminar sobre la fina arista de nieve y roca se convierte en un ballet sobre el que hay que poner toda la atención. Casi no puedo creer lo que estoy haciendo. El momento y el lugar son de una belleza casi mágica. Finalmente, cansados (yo mucho más que el monstruo de Iñaki, que está como un toro), llegamos a la cima tras 5:30h de constante lucha. Al rato llega Mixel, que ha subido en parte foqueando. Fotos, comer, descansar…El tiempo se escurre entre los dedos cuando te hallas ante un panorama semejante. Y no puedes relajarte cuando aun queda un descenso poco claro, peligroso, cansino…y además estás reventado.

Robiñera
Panoramica desde la cima: simplemente espectacular.

El descenso para mi fue un poco agónico. Empezamos bién. Bajamos la pala de la cara Sur poco a poco, primero de frente, y pronto de espaldas a la pendiente, puesto que la nieve recalentada estaba en pesimas condiciones. La considerablemente inclinada pala acaba en un resalte rocoso con salida al vacio. El estado de la nieve tampoco augura una favorable autodetención en caso de caida. No podemos fallar, y empezamos a estar cansados. Mixel nos alcanza con las tablas. Incluso a el, con mucha más experiencia que nosotros dos juntos, le da «yuyu» seguir bajando la pala. Decidimos alcanzar la arista SW, ascendiendo ligeramente. Y aqui empezó mi calvario. El destrepe por más de 400 m de roca descompuesta casi acaba conmigo. Sin agua, con dolor de piernas, espalda y rodilla izda., el descenso de esa empinada arista de roca me deja exhausto. Finalmente se acaba, llegamos a un collado y recupero algo de fuerzas al verme más cerca del final. Aqui además comienza la parte más divertida del descenso. Eran casi las 7 de la tarde, y la nieve permitía el «Culo-esquí». Que gran descanso para mis doloridas piernas! En total bajaríamos unos 300m en «Culo- esquí». ¡Que divertido! Por fin llegamos a la pista, con cuidado de no caer en los torrentes que circulaban por debajo de los neveros del fondo del valle.

El pequeño Robiñera. Quien me iba a decir a mi que lo que en verano es una sencilla ascensión se convierta en esta época en una escalada dura y peligrosa. Sin embargo, la belleza de la ascensión y del majestuoso paisaje que rodea a este modesto tresmil merece el sacrificio.

 

LOS DATOS
  • Tiempo: Unas 5’30h para subir y 3h para bajar. Desnivel: 1.400m.

LA ASCENSIÓN

Comenzando a subir desde el parking que hay a unos 1.600m partiendo por una pista desde Chisagües. A medida que ganamos altura empiezan a destacar las cumbres del vecino valle de Pineta, con las Marías y las Sorores acaparando toda la atención…

Un poco más arriba empezamos a vislumbrar nuestro objetivo. La impresionante pared Sur del Robiñera, con su forma trapezoidal y escoltada por sus dos apetecibles aristas, presagia una hermosa lucha por alcanzar su cumbre.
Robiñera
Seguimos ganando altura mientras decidimos in situ intentar la arista SE por cercanía. La vista de los Picos de Pineta son cada vez más impresionantes. Las pendientes de nieve van ganando inclinación, pero su estado es bueno y no nos preocupa demasiado. Apenas nos hundimos.
Desde este lado de la montaña vemos la huella de la ruta normal, algunos alpinistas subiendo por ella y otros bajando esquiando por el corredor que baja del Collado de las Puertas. Cada vez nos acercamos más a la arista…
Robiñera
La arista SE. Una sección de roca (III+) bastante suelta nos corta el paso. Un momento de vacilación y decido seguir adelante junto a Iñaki, que pasaba por alli en aquel momento. Mi compañero JC intenta alcanzarnos por un corredor más adelante.
Robiñera
Dos momentos de la escalada de la sección de roca. Tiene tramos bastante expuestos, alguno con nieve, pero con calma y buen hacer se pasan. No hubieran ido mal un par de cintas y mosquetones para pasar mas seguro, pero bueno, se pasan rapido.
La sección de roca acaba y deja paso a una arista de nieve, que nos lleva a un hombro marcado en el mapa como cota 2.827 m, con unas cornisas espectaculares más arriba. Desde aqui se alcanza la cima, por lo que queda de arista (mixto) o cruzando la pared Sur hasta la arista SW, que es por donde sube la normal.
Robiñera
La travesía hacia la arista SW. Las pendientes en la parte alta de la pared S tienen una inclinación bastante importante. Si a todo esto miras para abajo y ves los 700 o más metros de patio que tienes debajo con salida al vacio, te das cuenta de que la cosa no esta para tonterías.
RobiñeraRobiñera

Después, una hermosa y variada cresta de mixto de unos 200m de larga nos llevan a la cima. Las vistas desde aquí son inolvidables: Al N, la Munia y demas picos de Troumuse; al W, el macizo de Monte Perdido; al E, Posets, Maladetas…Despues de un descanso emprendemos el pesado descenso buscando la ruta normal.

Robiñera
RobiñeraRobiñera
Y aquí estamos los protagonistas de la aventura. De izda. a decha.: Iñaki, Mixel, Yo y Jose Carlos. Guardaremos por mucho tiempo los recuerdos de este magnífico día en el que subimos a un tresmil pirenaico que se antojaba sencillo, y que nosotros hicimos dificil y hasta muy duro al elegir la ruta de la arista SE.
JoseMi Alpinista de corazón, quedé prendado de la montaña desde muy joven. Mi montañosa tierra Alicantina me enseñó a amar la verticalidad de sus paredes y el placer de la escalada clásica. Mi objetivo: crecer día a día como alpinista y poder compartirlo con todos vosotros.
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